¿QUÉ SON LAS PULGAS?
Las pulgas son parásitos externos muy frecuentes tanto en perros como en gatos. La época en que tenemos que tener especial cuidado es en primavera y verano, ya que es en estas estaciones cuando comienzan su ciclo.
Las pulgas se alimentan de la sangre del hospedador, inyectando su saliva en la herida para evitar la coagulación sanguínea. Las pulgas adultas pueden sobrevivir mucho tiempo sin alimentarse, pero lo necesitan para reproducirse. Una pulga hembra bien alimentada puede llegar a poner 50 huevos diarios y producir hasta 2000 huevos durante toda su vida.
¿QUÉ PROBLEMAS PUEDE HABER SI MI MASCOTA TIENE PULGAS?
En la mayoría de los casos, las pulgas resultan ser una molestia mínima para el hospedador, pero en algunos casos, los animales pueden sufrir reacciones tales como pápulas, seborrea, prurito e incluso reacciones alérgicas debido a un componente presente en la saliva de la pulga. Esta reacción es conocida como dermatitis alérgica a la picadura de pulga (DAPP).
A su vez, las pulgas también pueden albergar en su interior bacterias, virus, protozoos y parásitos que pueden transmitir a nuestros animales a través de la saliva y producirles las enfermedades propias de estos microorganismos.
¿QUÉ ES LA DERMATITIS ALERGICA A LA PICADURA DE LA PULGA?
Aparentemente no hay raza ni sexo más predispuesto a sufrir esta alergia, sino una predisposición genética individual.
Los síntomas se manifiestan normalmente con posterioridad a los 6 meses de edad. Es un problema estacional, aunque con climas suaves o en aquellos animales que viven dentro de una vivienda, es un problema que se manifiesta durante todo el año. Y a medida que van pasando los años, los signos clínicos empiezan antes, son más severos y persisten más tiempo.
El primer síntoma de la dermatitis alérgica es una pápula (lesión circular elevada menor de 1 cm de diámetro), que posteriormente se convierte en costra; encontrándose estas lesiones donde la pulga se ha alimentado. En el perro se observan principalmente en el abdomen, zona dorso lumbar y región dorsal de la base de la cola. Debido a la naturaleza alérgica del proceso y que el animal se rasca con bastante intensidad, los síntomas clínicos pueden estar enmascarados por autolesiones.
En el gato, las erupciones papulocostrosas son las lesiones más típicas, aunque también se puede hallar alopecia, excoriaciones, costras, escamas y cambios pigmentarios. Estas lesiones se confinan a las áreas lumbosacra dorsal, interior de los muslos, ventral del abdomen, flancos y cuello.
¿CÓMO SOLUCIONO ESTE PROBLEMA?
La primera forma de solucionar el problema es evitando que nuestra mascota tenga parásitos, bien sea mediante collares, pipetas, etc.
Si ya existe dermatitis, el veterinario debe conocer los hábitos y tipo de ambiente en que vive el animal para diseñar un programa de control de las pulgas, tanto las del animal como de su entorno.